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20 de enero de 2019
Con Cuba, Venezuela y Nicaragua como dictaduras constatadas, el método
castro-chavista de simular democracia para disfrazar sus dictaduras
defiende su último fingimiento en Bolivia. Evo Morales aplica la
estrategia transnacional en un país donde hace mucho tiempo no existe
ninguno de los elementos esenciales de la democracia. Parte de este
fraude son las “elecciones primarias” de 27 de enero a las que, por
acuerdo firmado, la Organización de Estados Americanos (OEA) envía
observadores, con los que Evo Morales legitimará su “candidatura nula”.
Está por verse si la observación de la OEA será un aval para el dictador
o contribuirá al retorno de la democracia en Bolivia.
La Carta Democrática Interamericana (CDA) manda como “elementos
esenciales de la democracia -entre otros- el respeto a los derechos
humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su
ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de
elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal
y secreto como expresión de la soberanía del pueblo, el régimen plural
de partidos y organizaciones políticas y la separación e independencia
de los poderes públicos”.
El esfuerzo más grande de política
exterior y de propaganda de Evo Morales y su régimen -con grandes
gastos, relacionistas públicos y cabilderos- es mantener la simulación
de la imagen de democracia, una constante de las dictaduras del
socialismo del siglo XXI o castro-chavismo, aplicada por Hugo Chávez y
Nicolás Maduro en Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua y los
Castro/Diaz-Canel en Cuba.
En la simulación de democracia Cuba,
Venezuela, Nicaragua y Bolivia usan elecciones como apariencia y al
mismo tiempo como medio de manipulación de la voluntad y la soberanía
del pueblo. Todas estas dictaduras han institucionalizado sistemas
electorales fraudulentos como una dependencia del régimen para
perpetuarse en el poder.
Un “sistema de dictaduras
electoralistas” establecido para el fraude que prueba la ausencia de
todos los elementos esenciales de la democracia. El fraude electoral
está preparado antes del día de las elecciones en el que venden el
ritual del voto. Si el régimen pierde, solo modifican o desconocen el
resultado usando leyes infames o fallos judiciales. Así sucedió en
Venezuela y en Nicaragua por años, en Bolivia 2008, 2009, 2013-14, y se
repite ahora cuando Morales se impone como candidato violando su
Constitución y el referéndum de 21 de Febrero de 2016 que perdió porque
Bolivia dijo NO más reelecciones.
El Tribunal Constitucional del
régimen prevaricó habilitando a Morales como candidato para el 2019 con
el argumento de que es “su derecho humano”. La maniobra de elecciones
primarias salió del Poder Legislativo controlado e hizo que el Tribunal
Electoral sometido reconozca como apto al candidato nulo. Los candidatos
llamados de oposición que participan en las primarias están habilitando
a Morales actuando de funcionales al propósito de la reelección del
dictador.
Están en las primarias Evo Morales y su vicepresidente,
ambos inhabilitados, pero únicos candidatos de su partido, o sea que no
hay primaria con nadie. Lo mismo sucede con los candidatos de los otros
partidos, todos son candidatos únicos sin que nadie tenga oponentes, de
manera que NO SON ELECCIONES, son nominaciones de candidatos paralelos
únicos. Una farsa que solo sirve para que Morales se habilite para la
elección general.
Se supone que el secretario general de la OEA,
Luis Almagro, haya sido informado de esta situación y que al firmar el
acuerdo de observación de las elecciones primarias en Bolivia sepa que
está enviando observadores a unas NO ELECCIONES, porque elegir es
“escoger o preferir a alguien o algo”. Escoger requiere opciones,
pluralidad, que no existen en las primarias de Bolivia.
No se
encuentra precedente de observación de elecciones primarias por la OEA.
El Manual para las Misiones de Observación de la OEA define “elecciones
democráticas” cuando son “inclusivas, limpias y competitivas y
constituyen el medio de acceso a los altos cargos públicos”. En términos
de la CDA y del reglamento de observación, las elecciones primarias de
Bolivia NO cumplen ninguna de las “condiciones básicas” porque participa
Evo Morales un NO candidato, no se respetan los derechos de los
votantes, no hay imparcialidad y no hay posibilidad de “elegir”. Nadie
compite con nadie, solo habilitan al dictador y su candidatura nula.
La
OEA y sus observadores se han puesto en la situación de avalar la
dictadura informando a favor de la candidatura nula de Morales o
contribuir al retorno de la democracia en Bolivia reconociendo que “no
son ni elecciones, ni democráticas”
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy
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