Trump denuncia a Venezuela, Nicaragua y Cuba, pero se olvida de Bolivia
Cuando el secretario de Estado, Mike Pompeo, visitó varios países
latinoamericanos hace pocos días, denunció repetidamente las dictaduras
de Venezuela, Nicaragua y Cuba. Pero, lamentablemente, no dijo ni una
palabra sobre Bolivia.
No fue un descuido. El gobierno de Trump
ha adoptado el término la “Troika de la Tiranía” para referirse a los
regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba, pero rara vez se refiere al
desmantelamiento de la democracia por parte del presidente
narcisista-leninista de Bolivia, Evo Morales.
El gobernante
boliviano, que está en el poder desde 2005, se está postulando para un
cuarto mandato en las elecciones de octubre, a pesar del hecho de que su
propia Constitución prohíbe explícitamente más de dos mandatos
consecutivos. Lo que es más, perdió un referéndum de 2016 que había
convocado él mismo en un esfuerzo por cambiar la Constitución y
permitirle presentarse para un cuarto mandato.
Pero nada de eso
es obstáculo para que Morales se presente en octubre. Aunque suena como
una broma, su truco más reciente es aducir que tiene derecho a
postularse en virtud de la Convención de Derechos Humanos de la
Organización de los Estados Americanos, que establece que a nadie se le
debe prohibir postularse para un cargo. Un reporte de la OEA de 2018
señaló claramente que los presidentes no pueden usar esa Convención para
violar sus propias constituciones.
¿Por qué el gobierno de Trump no habla sobre Bolivia? Puede ser
porque a Trump no le importa mucho la democracia ni los derechos humanos
—ha abrazado a los dictadores de Corea del Norte, China, Rusia y
Turquía con una pasión inusual— y su “Troika de Tiranía” solo sea una
estrategia electoral para ganar el estado de Florida en las elecciones
de 2020. Hay pocos votantes boliviano-estadounidenses en Florida, y
muchos nacidos en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
También puede
tener que ver con el hecho de que han habido menos asesinatos políticos
en Bolivia que recientemente en Nicaragua y Venezuela, o históricamente
en Cuba. O, quizás, se debe a que el gobierno de Trump no quiere abrirse
un nuevo frente en América Latina, cuando aún no ha cumplido su meta de
ayudar a sacar del poder al dictador de Venezuela, Nicolás Maduro.
El
hecho es que el gobierno de Trump solo se ha referido a las próximas
elecciones de Bolivia recientemente en un tuit tweet del 21 de febrero
de la jefa de asuntos latinoamericanos del Departamento de Estado,
Kimberly Brier, en el que decía que “la comunidad internacional debe
permanecer vigilante” para que las elecciones de octubre sean libres.
Pero
el Congreso de Estados Unidos está mostrando más agallas que la Casa
Blanca sobre este tema. Una resolución bipartidista del 12 de abril del
Senado patrocinada por los senadores Bob Menéndez (D-Nueva Jersey), Dick
Durbin (D-Illinois) y Ted Cruz (R-Texas) “expresa su preocupación por
los esfuerzos por eludir los límites de los mandatos presidenciales de
la Constitución boliviana”. También pide a Morales “respetar y, cuando
sea necesario, restaurar, la independencia de los órganos electorales”.
Días
después, 15 quince legisladores de la oposicion en Bolivia enviaron una
carta a Trump pidiendo que Estados Unidos interceda ante la OEA para
“evitar la consolidación de una dictadura totalitaria” en Bolivia.
Es
importante que Trump y los países latinoamericanos denuncien este
intento de reelección inconstitucional de Morales: si el mundo mira
hacia otro lado, como lo hizo cuando Maduro realizó una elección
fraudulenta en 2018 y Daniel Ortega en Nicaragua en 2016, Bolivia puede
caer en la misma espiral de caos y violencia que Venezuela y Nicaragua.
Si
Morales se declara el ganador en octubre, asumirá el cargo a principios
de 2020 como un presidente ilegítimo. O sea, Bolivia estará en enero
del 2020 en la misma situación en que estaba Venezuela en enero de 2019,
cuando Maduro asumió el cargo y muchos países se negaron a reconocerlo.
Si Trump y los líderes latinoamericanos quieren evitar otro
régimen totalitario en las Américas, ahora es el momento de denunciar lo
que está pasando en Bolivia.
Fuente: https://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-oppenheimer-es/article229369469.html
